El delito cibernético ha emergido como una de las formas más rápidamente crecientes de la delincuencia transnacional en el mundo actual. Con la expansión de Internet y su papel fundamental en nuestras vidas, los delincuentes han encontrado una oportunidad para sacar provecho
Con más de dos mil millones de usuarios en todo el planeta, el ciberespacio se ha convertido en un terreno fértil para los malhechores, quienes, en el anonimato, pueden acceder a información personal que inadvertidamente hemos colocado en línea.
En este artículo, aprenderemos sobre la prevención contra el delito cibernético y descubriremos diez claves fundamentales para protegernos en el mundo digital.
¿Qué son los delitos informáticos?
Los delitos informáticos o cibernéticos abarcan una amplia gama de acciones ilícitas que se llevan a cabo utilizando medios informáticos, como portales web, redes sociales o aplicaciones móviles. Incluso las nuevas tecnologías se han convertido en herramientas para cometer delitos o para atacar sistemas y bienes protegidos legalmente. Un ejemplo claro de delito cibernético es el hackeo de un software de programación o el acceso no autorizado a la computadora de alguien.
En la actualidad, el delito cibernético se manifiesta en diversas formas, siendo las más comunes aquellas relacionadas con la suplantación de identidad, también conocida como «phishing«.
Mediante esta técnica, los ciberdelincuentes engañan a los usuarios de Internet para obtener sus datos personales. Además, el malware (software malicioso) es otra herramienta empleada para recolectar información personal sin consentimiento y el hacking se aprovecha del acceso remoto ilegal a computadoras. Estos métodos son utilizados por los delincuentes para robar información financiera, como datos de tarjetas de crédito y otros recursos.
El crecimiento exponencial de la tecnología ha facilitado la comisión de delitos cibernéticos, ya que los perpetradores no necesitan poseer habilidades avanzadas.
Por ejemplo, actualmente es posible adquirir fácilmente herramientas de software en línea que permiten localizar puertos abiertos o vulnerar contraseñas. Aunque el anonimato del ciberespacio dificulta la identificación de los delincuentes, se ha descubierto que una gran parte de la delincuencia cibernética está vinculada a la actividad de la delincuencia organizada.
Una industria millonaria
Lamentablemente, la delincuencia cibernética se ha convertido en un negocio multimillonario, generando más de 3 billones de dólares anuales. La lucha contra estos delitos es compleja debido a la falta de regulaciones efectivas en muchos países y a la dificultad para rastrear a los responsables. Es necesario un esfuerzo global para mejorar la protección y establecer regulaciones más sólidas que impidan a los ciberdelincuentes ocultarse en países con legislaciones laxas.
Qué tipos de delitos informáticos existen
Los delitos informáticos pueden clasificarse en seis categorías principales:
- Ataques contra la intimidad: Estos delitos se basan en la obtención y divulgación no autorizada de información personal almacenada en archivos informáticos privados.
- Falsedades: Implica la creación o posesión de programas destinados a cometer delitos de falsificación, así como la fabricación de documentos o medios de pago falsos, aprovechando las nuevas tecnologías para facilitar estos actos.
- Infracciones a la propiedad intelectual: Castiga acciones como la reproducción, distribución y plagio de obras literarias u otros trabajos protegidos por derechos de autor sin el consentimiento del titular, para salvaguardar la propiedad intelectual frente a ataques informáticos.
- Fraudes informáticos: Son estafas que implican la manipulación de datos o programas con fines lucrativos, y pueden incluir la piratería informática para acceder a información confidencial.
- Pornografía infantil: Actos que promueven o facilitan la distribución, venta, posesión o producción de material pornográfico que involucra a menores de edad o individuos incapaces de dar su consentimiento.
- Sabotajes informáticos: Consiste en la destrucción o eliminación de información en bases de datos, equipos y sistemas, con el objetivo de interrumpir o paralizar actividades comerciales o gubernamentales.
Cómo acceden a nuestros datos
Los ciberdelincuentes utilizan diversas tácticas para acceder a nuestros datos y perpetrar sus delitos:
- Instalación de caballo de Troya: Este tipo de ataque aparenta ser inofensivo, pero una vez dentro del sistema, puede acceder a la información de los clientes.
- Entrada por una grieta en el sistema de seguridad: Los ciberdelincuentes buscan vulnerabilidades en las medidas de protección para acceder a la información sensible.
- Bomba de tiempo: Se refiere a programas de efecto retardado que causan pérdidas de información crucial para el funcionamiento diario de una empresa u organización.
- Desbordamiento del búfer y la pila: Consiste en un ataque masivo que sobrecarga el servidor, dejándolo inoperativo y permitiendo a los delincuentes aprovechar la situación para infiltrarse.
- Malware en general: Ya sean virus o gusanos, estos programas maliciosos actúan lentamente y, cuando son detectados, el daño ya está hecho.
- Denegación de servicios: Los ciberdelincuentes bloquean el acceso a una página web o servicio, dejándolo inoperable y afectando a los usuarios y clientes.
10 claves para la prevención del delito cibernético
Para la prevención contra los delitos cibernéticos, es fundamental seguir estas diez claves de prevención:
- Mantener actualizado el sistema operativo y las aplicaciones de protección, como antivirus y detectores de intrusos, para protegerse contra vulnerabilidades conocidas.
- Evitar realizar transacciones electrónicas con usuarios y contraseñas en computadoras públicas.
- Utilizar contraseñas seguras que contengan caracteres alfanuméricos y cambiarlas periódicamente.
- No abrir ni descargar información de correos electrónicos de origen desconocido o sospechoso.
- Realizar copias de seguridad frecuentes de la información en medios alternativos de almacenamiento.
- Evitar revelar información personal en Internet, especialmente en redes sociales.
- Supervisar el uso de Internet de los hijos menores de edad.
- Configurar las restricciones de seguridad en redes sociales para que solo usuarios conocidos accedan a un perfil.
- Instalar filtros parentales para proteger a los menores de contenidos inapropiados.
- Evitar publicar en redes sociales información que pueda identificar la condición económica o la ubicación de sitios familiares de interés.
Conclusión
La prevención contra el delito cibernético es una responsabilidad compartida entre usuarios, empresas y gobiernos. Con el rápido crecimiento de la tecnología, la seguridad informática se vuelve cada vez más crucial. Al seguir las claves de prevención mencionadas anteriormente y mantenernos informados sobre las últimas amenazas y medidas de protección, podemos contribuir a proteger nuestra privacidad y seguridad en el mundo digital.